El milagro del perdón

20.12.2018

Por qué la práctica de Ho'oponopono funciona, entre otras cosas...


Cuando aceptas lo que es sin resistirte, sin reaccionar limitándote a practicar cualquier técnica o mantra que te permita dejar pasar esos pensamientos que son de miedo, juicio, creencias de escasez, etc., la vida te va colocando en ese lugar de paz que tú te estás permitiendo sentir. No se trata de ser mejor ni peor que nadie, más bueno ni más malo. Se trata de no permitir que los pensamientos inútiles, juiciosos, llenos de miedos y limitaciones absorban toda tu atención haciendo que te enfoquemos en ellos, en lugar de enfocarte en lo que te beneficia y te trae paz. Lo haces inconscientemente porque nadie quiere sufrir gratuitamente, pero hay algo que le sucede a muchas personas y es el no saber diferenciar entre lo consciente y lo inconsciente.

Cuando te sucede algo que te desagrada, no lo compartes, no te gusta, te molesta, te duele..., si conscientemente tienes claro lo que piensas al respecto, es obvio que es tu inconsciente el que está tomando cartas en el asunto porque tú, precisamente por esos pensamientos conscientes (puedes reconocerlos) que tienes, no lo hubieras elegido. Pero entonces ¿Quién lo ha hecho, o qué hace que eso se manifieste? Esa parte de ti que lo sabe todo y que contiene tanto lo que te beneficia como lo que te lastima.

¿Crees que la vida está en contra tuya?, ¿crees que tienes mala suerte?, ¿quién manda en tu mente? ¿Alguien se mete en ella para coger tus pensamientos y manipularlos? (bueno hay cosas al respecto que no son para comentarlas aquí, pero hablo desde una perspectiva simple y comprensible para todos...), o ¿tú permites que se metan comprando y aceptando las creencias de los demás sin cuestionarlas primero?

Aprendimos y aprendemos constantemente, lo que cuesta cambiar es lo que fijamos en el cerebro desde pequeños ya que, igual que aprendimos a conducir y no puedes desaprender, más bien perderías la práctica... ¿verdad? Con los pensamientos sucede igual, el cerebro hará todo lo posible por mantener las conexiones neurológicas que ya tiene, están fijamente creadas ya y eso cuesta deshacerlo. Pero no es imposible y todo el que cambia lo sabe (además de estar científicamente demostrado). El cerebro es maleable y se puede, pero se necesita intención, constancia y tiempo, entre otras cosas. Lo que tenemos que tener muy claro es que, físicamente hablando, no podemos cambiar aquello que hicimos y creímos durante 30, 40, 50..., años en dos días..., es puro sentido común y el cerebro necesita su readaptación con las nuevas conexiones neurológicas que le estamos creando hasta que se fijen.

Pero ahora hablemos desde la perspectiva espiritual (o del alma) y que nos lleva a una comprensión mayor, tal vez, la que muchos de nosotros necesitamos para no darle tantas vueltas a las cosas e ir más directos hacia la aceptación. Esto, obvio, va a depender totalmente de lo que creamos, cada uno es libre de elegir.

Sólo te pido que imagines si te parece, imagina que como alma apareces aquí con una educación, padres, hermanos..., familiares, amigos, jefes, etc., determinados. Con ellos vives experiencias que te hacen sentir bien, mal, regular, fatal, etc. Mientras..., estas frustrado, enfadado, agobiado, inseguro, desvalorizado y otro largo etc. Todas esas emociones guardan juicios, miedos y creencias limitantes. Cuando empiezas a practicar la ley del perdón, soltar y dejar ir (Ho'oponopono es una forma...) y la aceptación, eso hace que ese personaje que hacía un papel para que sintieras tal o cual de forma que pudieras darte cuenta..., ya no necesite seguir representando ese papel porque has liberado la memoria que había en ti que hacía que tú atrajeras eso, que vieras y vivieras eso en tu realidad.

Digamos que es el teatro de la vida, esa persona que tanto te molestaba, la que te lastimó (o tú permitiste que te lastimara...), la que juzgabas, la que odiabas, criticabas o a la que temías..., ya no necesita seguir haciendo el papel que generaba eso en ti porque lo liberaste, lo perdonaste, lo soltaste, dejaste de juzgarlo, criticarlo de forma que ya no te molesta, AUNQUE, no lo compartas..., no tienes por qué estar de acuerdo, pero te sientes en paz al respecto. Eso es perdonar, pero a quien has perdonado es a ti mismo porque si eso que hizo el otro lo hubieses hecho tú, no te habrías perdonado y precisamente por eso no lo haces, además de que iría en contra de tu forma de ser y de ahí que lo juzgaras. De eso se trata, de liberar juicios, miedos, creencias limitantes..., aprender a estar en paz.

Cuestiona tus juicios, tus miedos, tus críticas, tus creencias. Practica el mantra del gracias, te amo..., suelta, confía y... PERDONA

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